O que você dá, retornará para você
Essa lição, você tem que aprender
Você só ganha o que você merece"
No no, no es que me esté poniendo repetitiva, o monotemática, o redundante, o cómo quieran llamarlo. Es, simplemente, que el post anterior me hizo fijar la atención en lo que parece ser una de las constantes más representativas del rock: la ley del karma, aquello que Coiffeur expresa de una manera tan consoladora cuando canta "diste todo, pero todo lo que das/regresa..." (ya que este post no es una reseña, aprovecho para recomendar: Coiffeur, Primer corte, un disquito hermosísimo nacido en Morón allá por 2005, que garantiza algo más de media hora de felicidad inenarrable).
Pero dejemos la música, y volvamos al karma; o volvamos al karma en la música, que para el caso da lo mismo: ¿qué secreto designio, que aspiraciones redentoras hacen que el rockero sostenga como una regla tácita esta [cuanto menos] sórdida concepción del equilibrio universal? ¿Es que el rock cree, como el amigo Earl, que "do good things and good things will happen to you; do bad things, they'll come back to haunt you"? Sin duda eso mismo estaba pensando Fito cuando escribía "hay un boomerang en la city mi amor/todo vuelve como vos decís" (y no, acá no voy a recomendar; a estas alturas todos sabemos si nos gusta o no nos gusta Fito, o si nos defraudó, o si nunca lo quisimos del todo, o si estaba todo bien y de golpe el karma le pegó en la frente, o...) Los ejemplos siguen de forma indefinida; no extiendo la lista para no aburrir, pero si les sobra un poco de tiempo pueden hacer la prueba, así después comparamos resultados.
Yo por mi parte no creo, no quiero creer en el karma. Es decir, si volvieran solamente las cosas buenas... Pero no, I've been a bad bad girl, y lo malo también regresa, se condensa y me empapa como una lluvia de toxinas. Me pasa, con el karma, un poco lo mismo que con el eterno retorno: son hipótesis tan tentadoras, pero al mismo tiempo tan poco apetecibles, que termino sin saber cómo definirme con respecto a ellas. Y es que el otro día pensaba y de pronto recordé un color, un perfume, una canción casi insignificante.
No está bien romper un corazón, déjà vu de lo que va a venir
Ups! Me estoy poniendo demasiado cursi ultimamente, demasiado afeminada...Y ya se que no creo, que dije que no creo, pero qué voy a hacer, no me puedo sacar la idea de la cabeza. Podría haber considerado ser aunque sea un poquito menos hija de puta.
O más, no se.